viernes, 11 de abril de 2008

Treinta años

Este año se cumplen los 30 años desde que la democracia llegó a este país. Ahora yo tengo 28 años, es decir, que nací en pleno proceso de democratización.

En la última reunión de Tríbadas, Marlén, una de nuestras históricas del movimiento feminista y lésbico decía que seguramente yo habría tenido los mismos problemas y las mismas dificultades que ella. No dije nada pero le seguí dando vueltas en casa.

No me parece, ni de lejos, que hayamos pasado por las mismas situaciones. Es cierto que mi generación sufrió los últimos coletazos de la educación para "tener un buena marido, una buena casa y un buen trabajo". Mi educación fue en colegios mixtos, donde ya no existía eso de "las niñas a coser y los hombres con el serrucho".
Sin embargo y me acuerdo, de que, cuando era niña, empezaban a aparecer los primeros separad@s y divorciad@s y a mi abuela diciendo eso de que "qué hace una mujer separándose, menuda puta" y lindezas de ese estilo. Y luego me iba corriendo a preguntarle a mi padre o a mi madre que por qué las parejas se separaban... pobres, los machaqué a preguntas.
El caso es que a mi pueblín todas estas movidas iban llegando, para mayor escándalo de las "vieyas" que se sentaban en la escalera de las aceras a ver cómo jugábamos y a deshuesar el mundo.

Y mientras, yo me dedicaba a jugar al fútbol con mis vecinos. Jugaba a las chapas, a las canicas, al fútbol, con los soldados de guerra de mi primo, con pistolas de juguete. Y también a las tiendas, a la goma, con la cuerda... dependía de lo que me apeteciera. Pero había dos juegos que no me gustaban nada, jugar con la Nancy- Barbie y con los coches. Total que esos juegos eran los más populares, y cuando coincidía que las niñas jugaban con las muñecas y los niños con los coches, yo sacaba un libro y me sentaba en las escaleras de la acera a leer.

A veces conseguíamos jugar a juegos no sexistas, como el escondite o la quema. Pero eran muy pocas veces, y normalmente los niños y las niñas jugaban separados.

Nunca tuve problemas ni en el cole ni en mi pueblo para jugar con unos u otros.

Pero la movida llegó en el instituto. Cuando me pongo a jugar al fútbol en la clase de gimnasia y un maromo que me sacaba como dos cabezas me dice que no puedo jugar porque soy una chica. Miro a mis compis del cole con los que coincido allí y flipan, yo flipo, se enteran las niñas de mi cole y se acercan y flipan también. Y ahí estoy yo enfretándome a aquel tiarrón y nadie dice nada. Me quedé tan parada que no supe qué decirle. Y el chico que se llama Rubén (luego fuimos colegas pero ya le vale¡¡¡) venga a soltar una chapa de que las tías tienen que jugar o a balonmano o a bádminton pero que al fútbol ni de coña. A todo esto el profe se había ido a fumarse un cigarro y no se enteró de nada. Con lo cual le dije a Rubén que iba a jugar se pusiera como se pusiera. Y el me gritó. ¡¡¡ pero si tú no sabes!!!
le dije que me pasara el balón y que intentara quitármelo. Me temblaba todo¡¡¡ joer que te guste jugar al fútbol no quiere decir que lo hagas bien¡¡¡ Pero conseguí que no me lo quitara¡¡¡¡ y se tuvo que callar la boca¡¡¡¡ oleoleole¡¡¡¡

A partir de ahí, me di cuenta de que algo pasaba y un día convencí a mis compañeras de clase para jugar al fútbol. Jugar, jugar, no jugamos mucho pero lo que si hubo fue un guerra de sexos. Fue alucinante¡¡¡ yo me quedé en medio, sin decir nada. Mientras ell@s se gritaban. Se decían cosas como, ellos, "anda que vosotras lo que tenéis que facer ye ir a barrer y a fregar" y ellas, "anda, pichafría que la tienes mu pequeña". Menuda locura¡¡¡ flipé. Vamos que estuve flipando durante todos los años de instituto. En aquella época, si follabas antes de los 16 ya eras considerada como una puta. Tener novio era una carrera a contrareloj. Si salías con mas de dos chicos en un mes eras una puta. Si te veían morreándote con un chico que no hubiera sido antes presentado públicamente como tu novio eras una puta. Si hablabas con chicos de otros instis y tenías novio, eras una puta... Y los chicos?
Si hablaban mucho con chicas, eran unos mariquitas, si no hablaban con ellas era porque no les gustaban y entonces son unos mariquitas. Si llegaban a los 16 sin haber follao, eran unos mariquitas. Si no jugaban al fútol y bien eran mariquitas.

Pues vaya lío, con tanto mariquita y tanta puta no me salen las cuentas¡¡¡

Luego en la uni cambió. Porque el machismo es mucho más sutil, cuando la gente tiene estudios. Y ya hice un curso sobre feminismo y puse orden y organicé todo aquello que había vivido.

No sé si vivimos lo mismo. Ahora las cosas son mucho más sutiles. Hay paridad, discriminación positiva, pero también mucha mujer florero. La discriminación sexual en los centros de trabajo se esconde. Hay otras estructuras de poder y no todo está tan claro como antes. Nos llegó la igualdad legal pero nos falta trabajar todavía mucho por la igualdad social, tanto por ser mujeres como por ser homosexuales.

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