jueves, 28 de agosto de 2008

jueves, 21 de agosto de 2008

Luis Cernuda

Cuando iba al instituto, los primeros referentes que encontré homosexuales fueron Lorca y Luis Cernuda. Al leer este poema la primera vez, se me erizaron los pelos de los brazos... le di vueltas, lo leí y releí un montón de veces.

Este poema tiene dos maneras de leerse, os recomiendo que leáis primero sólo las palabras en rojo, seguidas, que son el poema de Luis Cernuda y luego todo de seguido, las blancas y las rojas, las blancas son una especie de reflexión que hago sobre sus versos... lo escribí hace mucho tiempo, cuando todavía la militancia era esa cosa que hacías las históricas y yo creía que el mundo no iba más allá de mi pueblo y de mis vecinos...








Antología perdida


“ No decía palabras”

Perdí mi antología de Luis Cernuda
En mis idas y venidas
Comparando sus palabras con las mías.
Y, ahora, ya no puedes decir nada Luis.
Te quedaste mudo en mi libre. Cerrado y perdido.

“Acercaba tan solo un cuerpo interrogante”

Los cuerpos van y vienen. No hay tiempo
Para las preguntas
Sobre todo cuando no queda nadie
Dispuesto a ofrecer respuestas.

“porque ignoraba que el deseo es una pregunta”

lanzada al aire
pregunta que no calla
que no responde
que nunca desaparece.

“cuya respuesta nadie sabe”

Mudo se ha quedado el mundo
Mudo frente al prosaismo de la carne
Mudo ante los cuerpos que se exhiben
Que pierden su lascivia
Que pierden su morbidez.

“una hoja cuya rama no existe”

Los cuerpos se comportan naturalmente
En la cama
Sudor, sutil placenta que protege del mundo.

“un mundo cuyo cielo no existe”

Mundo que comienza y acaba en la cama
Olvidados los amaneceres,
El cielo es un manto gris de consternación.

“La angustia se abre paso entre los huesos”

Cuando sabemos a ciencia cierta
Que todo se acaba.
Porque todo se acaba.

“Remonta por las venas”

La sangre estalla al contacto del deseo.
Savia bruta, libre y salvaje. De antemano
Vencida.

“hasta abrirse en la piel”

Infinita herida lacerada
“échale sal” me dijiste.

“surtidores de sueños”

La noche llega, maldita, y con ella
el mundo onírico.

“hechos carne en interrogación vuelta a las nubes”

Verso largo, como un suspiro. Así tan largo, tan lánguido.

“un roce al paso”

Toca un dedo. Un solo átomo
Y caerá rendido todo el ser.
Magia de la noche.

“una mirada fugaz entre las sombras”

Si hubiera dos lunas.
La noche te miraría todas las noches.

“hasta que el cuerpo se abra en dos”

Como higo henchido, dulzón.
Corazón rojo y líquido.

“ávido de recibir en sí mismo”

Como buen poeta
Expectante ante lo que le ofrece el mundo
Y como buen poeta
Inventando todo aquello que no recibe.

otro cuerpo que sueñe”

Se está haciendo tarde
Y cada vez es más difícil
hacer que sueñe la gente.

mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne”

No os confundáis
Nunca mitades iguales
Son tan diferentes
Me quedo con el sueño
Lo demás, lo dejo para vosotros.

iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo”

No podemos sabernos iguales
Hasta que no hagamos cuentas
Y sepamos lo que el otro vale
Y lo que estamos dispuestos a entregarle.

“aunque solo sea una esperanza”

Esperanza que araña, que corre, que lacera
Que no descansa. Nunca, nunca, nunca.

“porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe”

Otro suspiro para terminar antes.
Las conclusiones son odiosas porque siempre
Volvemos al comienzo.

He perdido tu antología Luis.
Y tú me has perdido a mí.
Por este camino no escogido
Porque al final resultó que
Me he quedado encerrada
En tu antología Luis. Cerrada y perdida.

lunes, 18 de agosto de 2008

ACOMPAÑAMIENTOS


Sigue el verano y en breve tiempo volveremos a la rutina, de momento os dejo con esta poesía, antes de que lleguen las prisas, el otoño y el frío...




Acompañamiento en La Menor (II)

Si de verdad me dejara descubrirme, me arrancaría
los ojos que me había puesto en el corazón.
Me dejaría arrastrar por tus ojos, por tu boca, por tu
cuerpo y quizás me ahogaría en los fluidos
que desflora la noche.

Las manchas de tinta acarician tu cuerpo.
Te reescribo y te reinvento en cada
esquina de la ciudad.
En cada rostro desconocido encuentro un rasgo tuyo.
Si mi libertad depende de ti
me gustaría que me incineraras y echaras
mis cenizas al mar. Comida para el mar.
Comida para las gaviotas. Comida para la muerte.

Me atrevería a hacer un catálogo de cuerpos
Si recordara cual fue el primero...
que dejó al descubierto sus cicatrices
en mi alcoba. Sus huecos y sus ángulos.
Si recordara al primero que habitó mi cama
y se fue, con el viento y el silencio.
Ahora va un poema de Alejandra Pizarnik...

Fragmentos para dominar el silencio

I
Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos.
II
Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo. Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarán para sollozar entre flores. No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi silencio gris.
III
La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino.

(Alejandra Pizarnik, de La extracción de la piedra de la locura, 1968)

domingo, 3 de agosto de 2008

Ontología

Tú existías en mi cama,
En la esquina entre el cielo y mi boca.
En las rendijas por las que se
colaba mi sueño.
...que sabía tan dulce a tu lado...

Existías y te veía.
Desnuda, te recogía
pequeña, abrazada en mi mirada.

Mis manos te descansaban cada noche.
Y beso a beso
Te volviste reina y danza.

Los anocheceres no terminaban nunca.
Y el alba se excusaba de llegar
Y encontrarnos, en la alcoba y a oscuras
Tan llenas de nosotras en nosotras.

Con el día, sólo las sábanas descansaban
Para acogernos y mullirnos
Cuando los soles corrían a enamorarse de las
Lunas.

A veces, sólo a veces, consigo
recordar todas las noches.
Unirlas en una. Y saborear cómo
Alguna vez, exististe en mi cama.


El calor y el mar me hace soñar, buscar sirenas enel horizonte, encontrar las palabras que ensanchan el mundo....



Ésta poesía que pongo ahora es de Cristina Peri Rossi, autora que recomiendo como lectura de verano, invierno y todas las estaciones por las que paseis...


MI CASA ES LA ESCRITURA

En los últimos años
he vivido en más de cien hoteles diferentes
(Algolquín, Hamilton, Humboldt, Los Linajes
Grand Palace, Víctor Alberto, Reina Sofía, City Park)
en ciudades alejadas entre sí
(Quebec y Berlín, Madrid y Montreal, Córdoba
y Valparaíso, París y Barcelona, Washington
y Montevideo)

siempre en tránsito
como los barcos y los trenes
metáforas de la vida
En un fluir constante
Ir y venir

No me creció una planta
no me creció un perro

Sólo me crecen los años y los libros
que dejo abandonados por cualquier parte
para que otro, otra
los lea sueñe con ellos

En los últimos años
he vivido en más de cien hoteles diferentes
en casas transitorias como días
fugaces como la memoria
¿cuál es mi casa?
¿dónde vivo?
Mi casa es la escritura
la habito como el hogar
de la hija descarriada
la pródiga
la que siempre vuelve para encontrar los rostros conocidos
el único fuego que no se extingue

Mi casa es la escritura
casa de cien puertas y ventanas
que se cierran y se abren alternadamente
Cuando pierdo una llave
encuentro otra
cuando se cierra una ventana
violo una puerta
Al fin
puta piadosa
como todas las putas
la escritura se abre de piernas
me acoge me recibe
me arropa me envuelve
me seduce me protege
madre omnipresente.

Mi casa es la escritura
sus salones sus rellanos
sus altillos sus puertas que se abren a otras puertas
sus pasillos que conducen a recámaras
llenas de espejos
donde yacer
con la única compañía que no falla
Las palabras.

Mi casa es la escritura, 2006.