domingo, 20 de abril de 2008

martes, 15 de abril de 2008

TRATADO DE ANATOMÍA 1

Bueno os presento una poesía que expresa muy bien mis relaciones y mi manera de sentir el sexo cuando estaba en las primeras fases de mi salida del armario...



TRATADO DE ANATOMÍA 1


Si fuera profesora de anatomía, no me limitaría a impartir mis clases mediante el clásico método de abrir un libro por la página que toque y decir:

“Hoy toca la mano”.

Porque
Si fuera alumna de la clase de
Anatomía
En primavera
Aún adolescente
Y de sangre hirviente

Sólo pensaría:

“Las manos siempre tocan
De hecho saben tocar muchas cosas
Y de muy diferentes maneras.”

Volviendo a la profesora
De anatomía
No abriría un libro y diría:

“Esto es una mano
llena de falanges”.

Diría algo más como:

“Éstas son tus manos
formadas de crueles dedos
cumplidores de deseos:”

Tampoco sería un:

“Esto es la boca
que consta de labios, dientes y lengua.”

“Esto otro, las trompas de Eustaquio
que no deben confundirse nunca con las de Falopio”


mi explicación sería algo así:

“Y tu boca
suave remanso desde el cual
las palabras vuelan a mi oído
cuando no se equivocan
y viajan hacia otras
partes de mi cuerpo”.

Sería una explicación mucho más
Interesante
Pero pobres pacientes la cara que se les quedaría cuando su médico les pidiera
que “abrieran
el suave remanso de su boca” para observarles las anginas.
Luego añadí este trozo, que está inspirados en hechos reales, jaja, pero sólo la parte en la que tengo que ir al médico por una alergia en la piel y aparece una médica nueva que estaba tremendísima...
TRATADO DE ANATOMÍA 2


Estaba yo más que dolorida, molesta, por una extraña erección.
Sí, digo bien: erección. Que es muy extraño teniendo
En cuenta mi condición de fémina
Pero era una erección
Cutánea
Eso sí.

Mi piel
La de todo el cuerpo.
Estaba roja, henchida
Y acalorada.
Era como si la sangre
Se revolviera sin orden
Ni concierto.
Y me fui al médico
Con todo mi cuerpo en erección.

Cuando entré en la consulta y se lo consulté a la médica, que era nueva, me dijo ocho palabras exactamente que provocaron en mí por segunda y consecutiva vez en mi vida otra erección.
Las palabras eran:

“Quítese la ropa y túmbese en la camilla”.

La segunda erección se producía en una de las partes de mi cuerpo que hacía mucho tiempo que no se manifestaban.

Mis cejas.

Y allí estaba yo, desnuda, ante una extraña, colorada por completo. Aunque no de vergüenza, con mi cuerpo en ebullición y mis cejas levantadas.

Vamos, en erección completamente.

La explicación sobre las causas que produjeron mi segunda erección se basaban en un pensamiento que me subyugó:

“Es la primera vez que me dicen algo así.”

Y suspiré:

“qué se le iba a hacer. Alguna vez tendría que ser la primera, aunque no me la esperaba así, la verdad”.

Primero me palpó un brazo:

“¿Tienes picores?”

Mi boca procedió a responder negativamente aunque mi mente tenía otra respuesta hacía ya mucho tiempo:

“No, la piel no me pica
pero, a veces, en los ojos
me entran picores, como si se quedaran
secos y, de repente,
siento una gran necesidad de rascármelos
por dentro, pero no puedo
y entonces,
lloro”.

Luego procedió como ella misma dijo a reconocer mi abdomen.
Y digo yo, si reconocer significa volver a conocer lo ya conocido
¿Cómo lo iba a hacer con el mío, si era la primera vez que lo veía y tocaba?

Silencio.


Procedió a aplicar el método preestablecido, apoyó una mano sobre la otra y presionó con los dedos, cada dos centímetros preguntaba:

“¿Te duele?”

Y yo negaba con la cabeza, aunque ésta ya estaba dando, en silencio, como es su costumbre, una respuesta alternativa:

“Ahí no me duele
pero más arriba
sobre el pecho izquierdo
a veces siento como una presión
y unos ruiditos, un tan-tan
como si algo quisiera salir corriendo
de allí, algo que no tiene voz
pero que quiere gritar”.

Más tarde le tocaron, mejor dicho, tocó mis rodillas, muslos y nalgas.

A la altura de las últimas me apetecía decirle que me sujetara el dedo gordo del pie derecho que tirara de él.

Pero no sabía bien a cuento de qué provenía aquel antojo y no podía pedírselo porque precisamente aquel dedo era la única parte de mi cuerpo eue no sufría de la erección, ni estaba enrojecida.
Cuando acabó con mis piernas, se quitó los guantes de látex,
(atención al simbolismo que encierran esos guantes)
y los tiró a la basura, en un movimiento lento, descendente y ya acostumbrado.
Y me dejó allí, durante unos segundos, tumbada, desnuda e interrogante, mientras escribía algo en un papel.

Me vestí o mejor dicho, revestí, un poco confundida y con la erección a pleno rendimiento.Y aquella médica nueva me extendió una receta:

“Es alergia”

Ésta vez sí que pregunté con la esperanza cumplida
De que no supiera responderme aunque mi mente ya trabajaba en la respuesta:

“Alergia a la vida,
miedo a tener que arriesgarme
a apostar cuando no siempre se gana
Alergia al sol
Miedo a que su calor me atrape.”

Observé los guantes eue descansaban sobre otro montoncito y me entraron ganas de recogerlos como prueba inequívoca de que aquel reconocimiento había existido. Pero la médica esperaba a que me fuera, para llamar a otro paciente y ponerse unos guantes nuevos. Así que me fui.

Luego se me ocurrió que si yo hubiera sido yo la médica y ella mi paciente, mi método no hubiera sido una buena alternativa a sus ocho concisas, simples, claras y llanas palabras:

“Quítese la ropa y túmbese en la camilla”

Hubiera sido todo silencioso,
La hubiera tumbado en la camilla
Entrelazando mi boca con la suya
Para que ni a su boca, ni a su mente
Le hubieran dado tiempo a esbozar ninguna
Opinión ni pensamiento sobre lo que estaba ocurriendo.

Le hubiera quitado la ropa, por no decir arrancado,
Aunque habría sido todo muy torpe
Conociendo y reconociendo
Mi poca experiencia en estas situaciones
Y la hubiera conocido y reconocido
No sólo con mis manos, sino
con todo mi cuerpo, que se hubiera rendido
Ante el sobrecogedor impulso de estudiar toda
Su anatomía.

Entonces, ella no habría venido a mí, ni yo sería médica. Y la erección cutánea, más que la causa sería el efecto y más que la enfermedad, sería la cura.

Finalmente entré en la farmacia compré y tomé lo que decía en su receta.
Y volví a mi casa, mientras sentía que la erección se aliviaba. Prometiéndome, como medida de prevención para mi salud,
que cambiaría de médica.
La verdad es que cuando no estás muy de acuerdo con tu orientación se piensan cosas muy raras...

viernes, 11 de abril de 2008

Treinta años

Este año se cumplen los 30 años desde que la democracia llegó a este país. Ahora yo tengo 28 años, es decir, que nací en pleno proceso de democratización.

En la última reunión de Tríbadas, Marlén, una de nuestras históricas del movimiento feminista y lésbico decía que seguramente yo habría tenido los mismos problemas y las mismas dificultades que ella. No dije nada pero le seguí dando vueltas en casa.

No me parece, ni de lejos, que hayamos pasado por las mismas situaciones. Es cierto que mi generación sufrió los últimos coletazos de la educación para "tener un buena marido, una buena casa y un buen trabajo". Mi educación fue en colegios mixtos, donde ya no existía eso de "las niñas a coser y los hombres con el serrucho".
Sin embargo y me acuerdo, de que, cuando era niña, empezaban a aparecer los primeros separad@s y divorciad@s y a mi abuela diciendo eso de que "qué hace una mujer separándose, menuda puta" y lindezas de ese estilo. Y luego me iba corriendo a preguntarle a mi padre o a mi madre que por qué las parejas se separaban... pobres, los machaqué a preguntas.
El caso es que a mi pueblín todas estas movidas iban llegando, para mayor escándalo de las "vieyas" que se sentaban en la escalera de las aceras a ver cómo jugábamos y a deshuesar el mundo.

Y mientras, yo me dedicaba a jugar al fútbol con mis vecinos. Jugaba a las chapas, a las canicas, al fútbol, con los soldados de guerra de mi primo, con pistolas de juguete. Y también a las tiendas, a la goma, con la cuerda... dependía de lo que me apeteciera. Pero había dos juegos que no me gustaban nada, jugar con la Nancy- Barbie y con los coches. Total que esos juegos eran los más populares, y cuando coincidía que las niñas jugaban con las muñecas y los niños con los coches, yo sacaba un libro y me sentaba en las escaleras de la acera a leer.

A veces conseguíamos jugar a juegos no sexistas, como el escondite o la quema. Pero eran muy pocas veces, y normalmente los niños y las niñas jugaban separados.

Nunca tuve problemas ni en el cole ni en mi pueblo para jugar con unos u otros.

Pero la movida llegó en el instituto. Cuando me pongo a jugar al fútbol en la clase de gimnasia y un maromo que me sacaba como dos cabezas me dice que no puedo jugar porque soy una chica. Miro a mis compis del cole con los que coincido allí y flipan, yo flipo, se enteran las niñas de mi cole y se acercan y flipan también. Y ahí estoy yo enfretándome a aquel tiarrón y nadie dice nada. Me quedé tan parada que no supe qué decirle. Y el chico que se llama Rubén (luego fuimos colegas pero ya le vale¡¡¡) venga a soltar una chapa de que las tías tienen que jugar o a balonmano o a bádminton pero que al fútbol ni de coña. A todo esto el profe se había ido a fumarse un cigarro y no se enteró de nada. Con lo cual le dije a Rubén que iba a jugar se pusiera como se pusiera. Y el me gritó. ¡¡¡ pero si tú no sabes!!!
le dije que me pasara el balón y que intentara quitármelo. Me temblaba todo¡¡¡ joer que te guste jugar al fútbol no quiere decir que lo hagas bien¡¡¡ Pero conseguí que no me lo quitara¡¡¡¡ y se tuvo que callar la boca¡¡¡¡ oleoleole¡¡¡¡

A partir de ahí, me di cuenta de que algo pasaba y un día convencí a mis compañeras de clase para jugar al fútbol. Jugar, jugar, no jugamos mucho pero lo que si hubo fue un guerra de sexos. Fue alucinante¡¡¡ yo me quedé en medio, sin decir nada. Mientras ell@s se gritaban. Se decían cosas como, ellos, "anda que vosotras lo que tenéis que facer ye ir a barrer y a fregar" y ellas, "anda, pichafría que la tienes mu pequeña". Menuda locura¡¡¡ flipé. Vamos que estuve flipando durante todos los años de instituto. En aquella época, si follabas antes de los 16 ya eras considerada como una puta. Tener novio era una carrera a contrareloj. Si salías con mas de dos chicos en un mes eras una puta. Si te veían morreándote con un chico que no hubiera sido antes presentado públicamente como tu novio eras una puta. Si hablabas con chicos de otros instis y tenías novio, eras una puta... Y los chicos?
Si hablaban mucho con chicas, eran unos mariquitas, si no hablaban con ellas era porque no les gustaban y entonces son unos mariquitas. Si llegaban a los 16 sin haber follao, eran unos mariquitas. Si no jugaban al fútol y bien eran mariquitas.

Pues vaya lío, con tanto mariquita y tanta puta no me salen las cuentas¡¡¡

Luego en la uni cambió. Porque el machismo es mucho más sutil, cuando la gente tiene estudios. Y ya hice un curso sobre feminismo y puse orden y organicé todo aquello que había vivido.

No sé si vivimos lo mismo. Ahora las cosas son mucho más sutiles. Hay paridad, discriminación positiva, pero también mucha mujer florero. La discriminación sexual en los centros de trabajo se esconde. Hay otras estructuras de poder y no todo está tan claro como antes. Nos llegó la igualdad legal pero nos falta trabajar todavía mucho por la igualdad social, tanto por ser mujeres como por ser homosexuales.

jueves, 10 de abril de 2008

Anne Sexton y la balada de la masturbadora solitaria

Cuando tenía 18 años se cruzaron en mi camino Silvia Plath, Anne Sexton y Alejandra Pizarnik. Lo que más me gustaba de sus poesías es que hablaban de todo y sobre todo, este poema me llegó...



La balada de la masturbadora solitaria

Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par en espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.
De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto, ¿Podría poner
en exhibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.
Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndose en la playa,
un piano en la yema de los dedos, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen una piedra.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que se han casado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.

ANNE SEXTON



La poeta estadounidense Anne Sexton recibió el Premio Pulitzer de Poesía en 1967. En su obra poética se revelan zonas de la mente humana ajenas a la complacencia y a la convención social, a través de visiones que la escritora Julia Kristeva, en su obra sobre los "poderes del horror", situaría en el campo de la abyección. Se suicidó a los 45 años. Tres de sus obras fueron publicadas póstumamente.


Y de acuerdo con esto, compuse mi propia balada de la masturbadora solitaria, de manera más humilde...

La titulé Canción de Cuna leed y sabréis por qué...

CANCION DE CUNA

De noche, sola, me caso con la cama.
Le canto una nana a mi sábanas.
La almohada abraza mi frente febril.
Y el crujido del colchón me acompaña en la nana no compuesta.
Doy vueltas y vueltas buscando la entonación adecuada.
Mi cuerpo resbala... avanza...

De noche, a solas me caso con la cama.
Para dormirme necesito soñar antes cien sueños
recordar que la nada existe
y que tú te disuelves en ella cada vez
que anochece.

Porque de noche, sola, me caso con la cama.
También mis noches se convierten en versos
de Anne Sexton.
Mi cuerpo avanza ... se encoge...


Clases de amor para autodidactas.
Lucha de un cuerpo sin otro cuerpo.
El alba avisa con rayos de luz su entrada en la alcoba.
Mi cuerpo empieza a recordar que otra vez tiene que ponerse en pie.
Y siempre se me olvida ponerme la alianza...
Porque una y mil veces, en todas las noches, me caso con la cama.

martes, 8 de abril de 2008

Año de la Visibilidad Lésbica

"Por la visibilidad lésbica". Este es el lema que se ha decidio en los encuentros estatales en Gandía de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales).

¡Que se nos vea! En el trabajo, en nuestro bloque de edificios, en los bares... ¡que se enteren nuestros ginecólogos!: Nosotras también existimos.

Amelia Varcárcel lo dice siempre en sus clases: Lo que no se ve, no existe y de lo que no existe, no se puede hablar.
Así que si no hablamos nosotras mismas de quienes somos y cuáles son nuestros derechos... quién lo hará?
Hablemos y bien alto. Contémoslo todo. Cómo nos amamos y nos odiamos. Cómo nos conocemos y reconocemos. Cómo nos relacionamos y cómo follamos...si lo hacemos de manera segura o si simplemente hace como mil años que no hemos compartido cama con nadie, no os cortéis.
En este blogg podemos compartir esas experiencias, por las que hemos pasado o por las que nos gustaría pasar...

¿Cuántas veces os han preguntado si tenéis novio?
¿O habéis escuchado las barrabasadas de alguna o algún garrulo sobre la homosexualidad?

Si creéis que podemos hacer más cosas... ¿a qué esperáis? escribidlas aquí.

Asturias bollera

Hola chicas del mundo bollero¡¡¡. Acabo de inaugurar mi blogg Asturias bollera. Este espacio está dedicado a todas las lesbianas del Universo. Es un espacio para compartir lo que queramos. Hablar de nosotras mismas, de las demás, de cómo es nuestro Universo, qué cosas no nos gustan y qué cosas podemos cambiar. Así que adelante, entrad, estáis todas invitadas. Tomemos un café y cambiemos el mundo¡¡¡¡